9 de diciembre de 2011

La memoria cifrada de Mandy y otros aromas isleños de Cuba

Una tarde doblemente festiva, dedicada a título casi familiar al público que no escaseó, a pesar del puente- autovía de estas fechas, del frío y de la niebla que caía sobre la noche. Ningún elemento adverso nos evitó poder disfrutar del encanto entrañable y certero de esta persona amplía en su vida y en su obra.

Elena afirmó sobre él: la Poesía de Ogsmande Lescayllers es la dieta perfecta para saciar el hambre de verdades que tiene la humanidad. Y el poeta entregó todo su amor a la Palabra, al aire acogedor que respiramos juntos, impregnándolo de sabores del otro lado del océano. Nos invitó a caminar sobre el hilo largo que une la islita pequeña del aula del Paco Rabal con la isla grande de su corazón, de todo su pueblo.

Los que nos quedamos a la caña, todavía seguimos recitando sus poemas y los que habíamos preparado para Mandy, brindando por el nuevo destino elegido, Bayamo, su ciudad que siempre le ha esperado y donde pensamos ir a visitarle.

Mi último lugar es una estrella
Así reza mi horóscopo, del cual no soy el dueño

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